Esta frecuente (1 de cada 10 personas de más de 65 años) enfermedad mental progresiva es la que más preocupa a los personas mayores tanto por sus devastadores efectos individuales (pérdida de memoria, desorientación temporo-espacial y deterioro intelectual y personal progresivo) como colectivos (cambia la vida de la familia afecta y lleva a enfermar a muchos cuidadores).
Los dermatólogos vemos muchos pacientes afectos porque los rangos de edad se solapan con los de muchas patologías cutáneas y nos solidarizamos con ellos y sus familias en este día.
En nuestras vision además señalamos que:
1.-La demencia y el Alzheimer no deben ser tomadas como parte natural del proceso de envejecimiento.
2.-Podemos ser participes del diagnóstico precoz cuando en nuestra consulta vemos pacientes mayores con cambios de memoria, desorientación o falta de buen juicio sin causa justificada.
3.- Debemos tratar a los pacientes con Alzheimer como al resto de nuestros pacientes sin estigmatizarlos por su pronóstico (que esperamos la neurología pueda mejorar en breve plazo) señalando a sus cuidadores la necesidad de atención especializada.