EXCIPIENTES
Los tratamientos en Dermatología se suelen indicar para ser aplicados por vía tópica o por vía sistémica.
La vía tópica busca el efecto a nivel local directo (en piel o mucosas) evitando la absorción general y los problemas derivados de utilizar la vía sistémica para la administración de fármacos.
La terapéutica tópica puede tener tres objetivos: el tratamiento local de alteraciones de la piel, el mantenimiento de las condiciones cutáneas adecuadas y la protección de la piel frente a agentes externos.
Centrándonos en el objetivo terapéutico, en la efectividad de los productos farmacológicos tópicos intervienen 3 elementos:
- los principios activos (fármacos orientados a la patología a tratar)
- el excipiente o vehículo (sustancias que se mezclan con los principios para darles cualidades que faciliten su uso)
- la piel en que se aplican teniendo en cuenta tanto aspectos anatómicos de la misma como su estado funcional.
LOS EXCIPIENTES NO SON VEHICULOS INERTES
Ungüento, pomada, crema, gel, emulsión, loción, aerosol, polvos son diferentes formas galénicas que para los profanos no tienen un significado claro pero para los pacientes pueden significar la diferencia entre el éxito o el fracaso terapeútico.
El excipiente no es un mero soporte del fármaco, sino un sistema de cesión del mismo para dirigirlo al lugar preciso. Debe ceder el fármaco a la velocidad precisa pues aunque no lo lleva a las capas profundas de la piel influye en la velocidad de penetración siendo fundamental en la biodisponibilidad del mismo.
El fármaco debe ser formulado en la concentración adecuada y con el excipiente apropiado que debe ser compatible farmacológicamente, apropiado para la zona a tratar y permitir la liberación a la piel a una velocidad adecuada.
LOS EXCIPIENTES Y EL “ARTE” DERMATOLOGICO
A la hora de la formulación los dermatólogos podemos elegir gracias a la industria farmaceútica excipientes que sean fáciles de aplicar y retirar, que carezcan de toxicidad, capacidad de irritación y alergenizacion y sean químicamente estables, homogéneos, cosméticamente aceptables y farmacológicamente inertes.
Con la colaboración de los Farmaceúticos podemos ampliar los tratamientos fuera del encorsetamiento de fármacos ya elaborados personalizando los mismos y adecuándolos a pacientes y localizaciones especiales.
En definitiva, la elección de la forma galénica de administración es tan importante como el propio principio activo ya que condiciona la efectividad del tratamiento.
Forma parte del “arte dermatológico” y junto a la historia clínica orientada y la capacidad de diagnóstico diferencial son los pilares básicos de una atención dermatológica personalizada que alcanza con la Formulación Magistral su máxima expresión y utilidad para el paciente.
En dermalicante adaptamos los tratamientos a nuestros pacientes para mejorar la utilidad y eficacia de los mismos.